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7 sept 2017

Aprendiendo a olvidarte

A veces la vida de la mujer es dura, y hay amores que matan. Nos aferramos a hombres que no nos convienen, por temor a quedar solas, por miedo a no poder afrontar las responsabilidades de la vida por nosotras mismas. Sí, hay amores que nos destrozan, pero que no somos capaces de dejar de lado.Tenemos que aprender a amar con medidas, tanto nos aman, tanto amor entregamos. Es necesario aprender a respetarnos como personas y mujeres. El día que aprendamos a hacerlo, esta historia no nos podrá ocurrir:


 Cuando me dicen que tengo que olvidarte, es cuando más te recuerdo, y cuanto más me dicen que no me convienes, más quedo pensando en ti. Soy consciente de que es cierto: no me haces ningún bien, pero no puedo evitar quererte como te quiero. No puedo borrar de una pincelada todas las cosas que hemos pasado juntos, he leído revistas de autoayuda, médicos, y todo lo necesario para salir adelante y no podía, era como que me ponían cemento en los pies y no me podía mover. Aunque me tratabas como basura ahí seguía yo, esperando algún milagro que te hiciera cambiar.
Pasó el tiempo, seguí siendo la mujer que cumplía tus necesidades, la que siempre perdona, la que siempre espera a que vengas a verme, y así me fui perdiendo y aniquilando como persona, pues sólo miraba por ti y a través de ti. Sabía que estaba mal, que no me respetaba… pero estaba tan emocionalmente acabada que ya ni sabía lo que era el respeto propio. Yo era tu marioneta, aquella mujer a la que a veces le tocaba la suerte de que me vinieras a ver o recordases que existía, algo que ya era un hábito en mí, el llorar esperando que me llamaras o vinieras a casa.
Pero una mañana cualquiera me miré al espejo y me dije:
“Estoy perdida, sé que él no se merece que le ame pero, ¿cómo me arranco este amor del corazón?, ¿cómo le pido a mis ojos que detengan sus lágrimas cuando lo único que deseo es llorar por no tenerlo como yo quisiera?”
Había pasado muchas noches leyendo revistas, muchas noches tratando de concienciarme que no te merecías nada de mí. Pero a la hora de la verdad, cuando llegabas me olvidaba de todo lo que había sufrido y corría a tus brazos para que me regalaras un poco de tu tiempo, y eso me bastaba, me convertí en menos que la basura que había en mis zapatos. No tenía dignidad, y mucho menos orgullo,pero ¿quién le dice al corazón de esas palabras? Yo sólo sabía que te amaba y que no podía vivir sin ti, todo lo que me decían me entraba por un oído y me salía por el otro porque yo confiaba en ti, no en todas esas personas extrañas que me decían que estaba mal, que mi relación no era sana.
Yo no lo podía comprender, estaba en un hoyo del cual yo misma rehusaba salir, porque si dejaba que mi otro yo aflorara no te vería más. Evitaba confrontaciones, sólo quería palabras bonitas y que la casa estuviese perfecta para que al venir te sintieras a gusto. Pero durante tus largas ausencias me fui enfermando de tanto esperar, ya no era ni la sombra de lo que habías conocido, lo había perdido todo, me aislé de todos lo que me hablaban mal de ti, porque tú para mí eras mi mundo.
Fue tanto el desgate de la relación que caí enferma, tú no apareciste por ningún lado. Todo estaba acabado para mí, sin ti ya no quería vivir, no podía ni respirar si no estabas tú, era dependiente de ti, total y absolutamente de ti.
Me levantaré y te olvidaré
Cuando toqué fondo y sentí que mi vida era un hilo, reaccioné,me levanté de entre las cenizas como pude, con muletas pero me levanté de nuevo. Mi vida contigo me pasó por la mente como una película y me odié por ser tan poca cosa, y dije “¡Basta, no más! No quiero verte más, me has hecho daño y me dejaste en la calle sola, sin amigos sin familia, mientras tú vivías alegremente tu vida.”
Ese día me levanté, volví a mirar la vida con buenos ojos, busqué ayuda, sabía que aún te amaba porque no se puede dejar de amar con sólo decirlo, pero hay que sanar heridas y ser valientes, mantenerse firmes al tomar una decisión.
Retomé mi vida, volví a reinventarme y salí adelante, pisé fuego, pasé por valles oscuros todo lo malo lo viví, pero hoy que ya es pasado, te veo acabado. No te odio, me das pena pero JAMÁS volvería contigo. El tiempo hará lo suyo y un día quedarás en tan sólo un recuerdo, pero nunca más volveré a caer tan bajo como caí, mendigando amor… nunca más me volverá a ocurrir.
Me di cuenta que soy mujer, valiente, DECIDIDA,
con amor propio, y que mañana para mí será otro día.

- Ya no lloraré por ti y por nadie,
nunca buscaré sobras de otras –
- Para llegar a mí hay que hacerlo con respeto y amor -
 Nunca más permitiré que alguien me haga llorar, volveré a sonreír y caminaré por la calles con una sonrisa es mis labios. Toda revista, página web, y todo lo que me hace sentirme valiosa lo conservo como un tesoro, para que cuando las dudas afloren en mí, sepa decir NO, yo no recibo amores a medias.
- Merezco ser feliz -
y que alguien me acompañe
por el camino de la vida.
Muchas veces debemos pasar por pruebas muy difíciles en las que destrozan hasta lo último de nuestro ser, pero de todo ese dolor se debe sacar una lección: aprender a amar con medidas. Tanto me ama, tanto te amo, tanto me das, tanto te doy… Porque la persona que todo lo da y todo lo entrega vive para que el otro sea feliz, no para ser feliz ella misma; hay que saber amar con medidas.
Una mujer, una historia.

No tan joven… pero sí más bella


La lucha por mantener la eterna juventud es una de las mayores batallas de la mujer. La sociedad nos convierte en adictas, necesitando estar siempre bellas y jóvenes, midiendo nuestra valía en función de la tersura de nuestra piel.
Mejor sería madurar con dignidad y estilo. La mujer madura es más fuerte, segura e interesante y, por lo tanto, más atractiva.
La juventud es una etapa maravillosa por la que todas pasamos y disfrutamos. Sin embargo, la juventud es una etapa más de la vida:  no es la única, ni la mejor.
La vida es perfecta tal y como es.
Cuando disfrutamos de la juventud, solemos también sufrir de la inseguridad que la caracteriza, y no nos valoramos ni conocemos como debiéramos. Cuando el tiempo pasa y no somos tan jóvenes, es cuando verdaderamente sabemos quiénes somos y lo que queremos.
La juventud está para compensar las inseguridades y los errores.La madurez, para afrontar los cambios de la vida y de nuestro cuerpo. Aprovechemos la madurez para convertirnos en una gran mujer, más fuerte, más valiente, más segura y mucho más atractiva.
Cuando aprendes que la autenticidad, el carisma, la seguridad, y el ocuparse de una misma es lo más atractivo de una mujer, te darás cuenta de que no habrá piel, por tersa que sea, que pueda competir contigo.  Una mujer con ganas de comerse el mundo es la más interesante de todas. La juventud puede ser embriagadora y deseable, pero en el medio plazo, si sólo es eso, aburre.
Por muy atractivas y jóvenes que podamos ser, si no cultivamos nuestra personalidad, sólo seremos como la bonita portada de un libro, que una vez ojeado, no apetece leer. Sustituyamos nuestras preocupaciones más banales y ocupémonos de equilibrar nuestra vida con nuevos y apasionantes retos.
La mujer valiosa es aquella que sabe madurar con dignidad, la que se siente hermosa por dentro y por fuera, la que toma las riendas de su vida, y que sabe adaptarse a los cambios. Sus arruguitas sólo le recuerdan las experiencias vividas, sus risas y sueños cumplidos.

El dulce sabor de una mujer exquisita

Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, sino aquella que tiene uno sólo, que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita 
no es la más ardiente, sino la que vibra al hacer al amor, solamente con el hombre que ama.

Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.
Y un hombre, un hombre exquisito es aquel que valora una mujer así.
Autor: Gabriel García Márquez

25 may 2017

ALGUIEN DIJO....

~ Alguien DIJO Que Un Niño sí Lleva En El vientre meses Durante Nueve. 
E El ALGUIEN No sabe Que Un hijo se Lleva en el Corazón Toda La Vida. 
~ Alguien Dijo que toma Una Seis Semanas volver a la normalidad Después de dar a luz. 

Ese El ALGUIEN No sabe Que Después de dar a luz la normalidad No Existe. 
~ Alguien DIJO Que se aprende a Ser Madre por instinto. 


E El alguien Nunca FUE de compras Con Un niño de tres años.

~ Alguien DIJO Que de “buenos” padres salen hijos “buenos”. 
E El alguien del piensa Que Un hijo Viene con INSTRUCCIONES y garantía. 
~ Alguien DIJO Que las “buenas” madres Nunca Gritan. 
E El alguien Nunca vio un su hijo con el mameluco Una pelota La Ventana del vecino. 
~ Alguien Dijo Que No Se Puede Amar Al Segundo, tercer ó cuarto hijo de Como al primero. 
Ese El alguien Sólo Tuvo hijo  

Levántate

No te aferres al pasado ni A los recuerdos tristes. 
No Abras La herida cicatrizó Que ya. 
No revivas los dolores Y Sufrimientos antiguos.

Lo Que Pasó, Pasó ... 

De Ahora en Adelante, pon tus Fuerzas en Construir Una Vida Nueva, Orientada Hacia lo alto, y camina de frente, sin mirar atrás. 
Haz de Como El Sol Que nace cada Día, Sin Pensar en la noche Que Pasó. 
Vamos, Levántate.

12 abr 2016

Tu traición no me mato, pero algo murió en mí ese día.


Tienen razón cuando dicen que nadie muere de amor… y es verdad que aunque el amor duele, el tiempo cura todo y al final uno se hace más fuerte.
En carne propia comprendí que nadie puede ser feliz si ha de poner en manos de alguien más, sus sueños, sus anhelos, su esperanza y su paz
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Sé que contigo cometí ese error, ese de creer que contigo lo tenía todo sin darme cuenta que estaba perdiendo de vista el amor propio, estaba perdiendo mi esencia, mi risa, mi luz.
De la manera más cruel, tuve que entender que no todos tienen el valor para amar de verdad, que tú no eras quien yo creía, que tú no eras el amor de mi vida…
Tú fuiste tan solo un farsante aburrido de la vida, sin moral, sin principios, tan solo tenías los bolsillos llenos de cobardía. A ti que no te importo engañar, ni inventar mentiras que me iban a lastimar, tú que te fuiste con ella sin pensar, tú que jugaste a ser más inteligente, pero quién diría que al final todo te saldría tan mal.
Como era de esperarse, ella no te pudo dar un amor real, y ahora sabes que no es tan fácil encontrar a alguien que sea fie, que te amé de verdad.
Ahora puedo entender que no fui yo quien perdió, pues a final de cuentas, tú te perdiste este amor, pero sobretodo, perdiste a una mujer que estaba dispuesta a entregarte lo mejor.
y ahora que te ha dado por volver, puedes darte cuenta que sobreviví a tu mal amor, han sanado mis heridas, e incluso ya no te guardo rencor…
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Incluso he vuelto a sonreír, guardando en un cajón las angustias que me hiciste sentir, sin embargo tengo que admitir, que aunque tu traición no me mato, algo murió en mí, ese día en el que con ella te vi.

Escrito por:    Señorita Libélula.

No estábamos destinados a estar juntos.

Cierro y mis ojos y no veo más que tus labios besando me y tus manos tocándome como si el mundo fuera acabarse. Esa complicidad que tenemos te aseguro no la volverás a encontrar en tu vida.
Jamás encontrarás alguien que pueda hacerte sentir completo por unas cuantas horas, entonces porque estas aquí? El silencio y el no se como respuesta, es casi como una puñalada.
Quizás el tiempo ya paso para nosotros, vuelvo a cerrar los ojos y me niego a creer que te arriesgaste a verme por nada o que sigues conmigo simplemente por un capricho.. Se que no soy la que paseas de la mano por las calles, ni aquella que llevas a las reuniones familiares, si no aquella que es capaz de entender lo que te pasa con sólo mirarte.
Siempre en el silencio de esas cuatro paredes que tu y yo tantas veces hemos compartido, sabes lo que valgo, y sabes cuanto te quiero. Te lo dije aferrada a ti, con mil lágrimas cayendo por mis rostro mojando tu hombro.
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Por ahora, duele, pero la fé me mantiene en pie( ojalá no la tuviera) y tengo que alejarme para no derramar lágrima alguna… Me muero por saber como estas, por simplemente escucharte…. Eres mi otra mitad, es casi como en un libro q leí por ahí… Quizás no estamos destinados a estar juntos…en esta vida no me escogiste…
Quizás en a otras vida si.
Por: Cinthya Hinojosa